EL SHAMÁN
Capitulo 7
“GLUP”
Cochiguaz, Febrero 1997
¡GLUP! Como saldría en un comic cuando tomas un gran sorbo de saliva de pura ansiedad, al ver frente mío los ojos penetrantes de aquel intimidante hombre que en nada se parecía al mejicanote buenote que nos hablaba del peyote, ahora se veía firme, severo y muy creíble…
- ¿Cuántos años tienes? – Me pregunta.
- 23 – contesto, (mentira tenía 18).
El Shamán sin sacarme los ojos encima, y yo que ya me empezaba a marear entre el olor a incienso y sobaco del mejicano, el vapor del peyote y mi mentira. En eso me contesta de un solo respiro suelta un completo discurso:
- No tienes por qué mentirme a mi, haciendo eso sólo lo haces a ti mismo, yo solo cumplo mi parte de entregarte esto bajo tu propia voluntad, y si estás aquí es porque realmente quieres vivir esta experiencia…
Obviamente tuve que volver a recoger mi mandíbula después de la media pillada que me puso (¿tanto se me notaba o este mono en realidad sabía más de lo que aparentaba?) No alcanzaba a cuestionarme cuando ya tenía el plato justo frente a mi boca y yo no atinaba a abrirla pero insistió con un “bebe”. El amargo sabor es lo primero que siento y luego comienzo a sentir su textura que era muy similar a lo que es la parafina (alguna vez me eché parafina en la boca cuando tiraba fuego a lo malabarístico) al tenerlo en la boca comprendí que no podía dejarlo mucho ahí, así que o lo bajaba o lo tomaba, nuevamente el hombre se anticipa a mi duda y me ordena “traga” yo como niño le hago caso al microsegundo (glup). En ese momento en que está bajando siento que ha dejado un camino desde mi esófago hasta mi estómago, que molesta y pica, (te dan ganas de rascarte por dentro pero es imposible) Al momento que llega a mi estómago tuve una regresión: Veía a mi familia junto conmigo disfrutando de un rico asado frente a la playa, todos comían y comían mucho, carne, costillar, pollo, papas mayo, choripanes, pebre, ensalada a la chilena… veo mi plato y entro a través de él, como cayendo por un velocísimo tobogán de la nada hasta que…. ¡Explotó la cosa! ¡GUAAAAAAAAAAAAAAAAGHHHH!!!
Debo a ver estado como 15 minutos vomitando (por lo menos eso pensaba yo ya que no paraba y pensé que no lo haría). En mi vomito siento la mano del Shamán en mi cuello y en ves de alejarse lo siento más cerca y de entre mis arcadas y mi cascada escucho su voz como desde ninguna parte diciendo… ¡Vota todos tus demonios y vas a ser un ser espiritual! ¡Vota todos tus demonios y vas a ser un ser espiritual! (Si me dicen algo así, obvio que sigo vomitando y con más ganas aún) hay un momento que tenía que terminar en todo caso, escupo lo último que me quedaba en la boca, abro los ojos y había casi llenado un balde que luego me di cuenta que todos tenían, inmediatamente empecé a sentirme bien, ligero, como si hubiera votado un gran peso o descargado algo que me pesaba mucho… ¡Guau! La weá intensa! Como que supuestamente ahora tendría que esperar los efectos de la cosa, pero en realidad no era así, ya que me doy cuenta de que aún tengo en frente a mi amigo mejicano.
- ¿Terminaste?- me pregunta.
No digo nada como desconcertado, en eso me acerca nuevamente el plato y me dice:
- Ahora ¡bebe!
(CONTINUA)
miércoles, 17 de enero de 2007
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